Así creó Lola Dapena el vestuario de «El caso Asunta»: «Si a Rosario Porto le hubiéramos puesto un chal azul en vez de uno morado, la gente se daría cuenta»

CARMEN NOVO SANTIAGO / LA VOZ

VIVIR SANTIAGO

El equipo de producción trabajando durante el rodaje con Candela Peña, que interpreta a Rosario Porto. Comenta Lola Dapena que su personaje fue el que más cambió su manera de vestir a medida que iban pasandolos días.
El equipo de producción trabajando durante el rodaje con Candela Peña, que interpreta a Rosario Porto. Comenta Lola Dapena que su personaje fue el que más cambió su manera de vestir a medida que iban pasandolos días. Netflix

Para el equipo, el gran reto fue adecuarse «milimétricamente» a lo que vestían ellos en las imágenes reales. Consiguieron por Vinted el mismo modelo del vestido que llevaba Asunta en la entrevista de la Praza da Quintana, uno de Dona Karan, y también un ejemplar idéntico de las gafas de sol de Versace que usaba Rosario Porto: «Discutíamos entre nosotros para distinguir la tonalidad exacta de los colores»

07 may 2024 . Actualizado a las 16:05 h.

El gran reto de Lola Dapena a la hora de recrear el vestuario de la serie El caso Asunta fue adecuarse milimétricamente a todas esas imágenes icónicas que todavía retumban en las cabezas de los que siguieron el crimen real. «Son secuencias que llenaron portadas e informativos durante mucho tiempo. Si nos hubiéramos desviado un poco, la gente se daría cuenta. Imagínate que en vez del chal morado de Rosario Porto hubiéramos utilizado uno azul. O que Alfonso Basterra saliera a la calle sin su carterita cruzada», explica esta compostelana, que junto a su hermana Alicia forma la empresa de vestuario Saturna. Han trabajado para un sinfín de producciones audiovisuales, como Hierro o Matalobos, pero la serie de Ramón Campos supuso para ella una manera diferente de enfrentar el proceso creativo: «La misión era recrear a partir de las situaciones que ya teníamos, una labor de documentación y de búsqueda que intentamos que fuera lo más fiel posible a la realidad».

Cuenta, por ejemplo, que el vestido negro con el que sale la actriz que encarna a Asunta en la primera escena de la serie, corriendo por los soportales de la Praza da Quintana, es el mismo modelo de Dona Karan que llevaba ella en las imágenes originales retransmitidas por la televisión. Lo consiguieron por Vinted, una plataforma de compra y venta de ropa de segunda mano, después de una tarea de investigación «casi microscópica». A Dapena le acompañó un equipo formado por siete personas «muy frikis, enl buen sentido de la palabra», que también dieron con un ejemplar idéntico de las gafas de sol de Versace —la marca escondida, que no podía salir en pantalla— con las que fue grabada Rosario Porto entrando en el tanatorio. Estamparon en una camiseta blanca la frase «una persona que me quiere mucho me trajo este regalo de San Lúcar de Barrameda», emulando la vestimenta con la que se encontró el cuerpo de la niña ya sin vida, y en la escena del funeral, cuando una señora le tira un pañuelo de color beige a los periodistas, buscaron uno que se adecuara al tamaño exacto.

El equipo de producción de la serie grabando la primera escena, en la Praza da Quintana. El vestido que lleva la actriz que hace de Asunta es el mismo modelo que lleva la niña en la entrevista, un modelo de Dona Karan al que hubo que cambiarle las letras del logotipo para que no se reconociera la marca. El equipo de vestuario lo encontró por Vinted en una búsqueda «hecha con lupa».
El equipo de producción de la serie grabando la primera escena, en la Praza da Quintana. El vestido que lleva la actriz que hace de Asunta es el mismo modelo que lleva la niña en la entrevista, un modelo de Dona Karan al que hubo que cambiarle las letras del logotipo para que no se reconociera la marca. El equipo de vestuario lo encontró por Vinted en una búsqueda «hecha con lupa».

Para documentarse partieron, primero, de las imágenes facilitadas por la productora y utilizadas anteriormente en el documental Operación Nenúfar. También llegaron a noticias, programas de televisión y demás material publicado por los medios de comunicación. «Todo lo que existía, lo desgranamos», explica Dapena. De ahí sacaron, por ejemplo, que el día que fueron a denunciar la desaparición Basterra —tal y como grabaron las cámaras de seguridad utilizadas como prueba en el juicio y que ellos rescataron— llevaba unas bermudas y unas crocs. A mayores, hubo otra parte fundamental en el trabajo de imitación. Tiraron de contactos, de personas que conocían a personas que conocían Rosario y a Alfonso, y les pidieron las fotografías que pudieran conservar de ellos. En parte exclusivas, les ayudaron a hacerse una idea del estilo que podían tener. «A partir de estas fui recomponiendo los cambios que no existieron, de los que no hay constancia», continúa la profesional.

Basándose en fotografías de viajes familiares crearon los conjuntos que llevan Tristán Ulloa y Candela Peña en las imágenes que hay colgando en las paredes del domicilio de ella, «una parte que pudo pasar desapercibida para el espectador pero que llevó mucho trabajo». Para vestir a los dos hombres que descubrieron el cuerpo de Asunta, atendieron a entrevistas posteriores que dieron en la televisión. «Aunque de ese día no hay imágenes, por algunas que trascendieron después se puede ver que tenían una forma de vestir más macarra», continúa. 

La entrevista real frente a la entrevista con la que comienza «El caso Asunta»
La entrevista real frente a la entrevista con la que comienza «El caso Asunta»

Hasta para la figuración, la minuciosidad en los detalles era su objetivo. Como ejemplo, Dapena comenta la escena en la que Basterra recorre el tramo que hay entre su domicilio y el garaje de la Rúa da Rosa rodeado por los medios de comunicación. «Cogimos las imágenes reales y fuimos parándolas periodista por periodista. Una de las chicas, que trabajaba para El programa de Ana Rosa, llevaba una chaqueta de cuero verde. Encontramos una igual y se la pusimos a la figurante que hacía de ella. Con los cortes de pelo, lo mismo», explica. Del juicio, por ejemplo, hicieron un archivo que recogía unas cuantas imágenes de cada día. «Si Aranguren llevaba una corbata gris, nos poníamos a mirar con lupa los detalles para intentar encontrar el mismo modelo. A veces hasta discutíamos entre nosotros para diferenciar un color. "¿Este es negro o azul marino muy oscuro?", pensábamos. Aunque desde la productora no nos dijeron que tuviera que ser exactamente todo igual, si no que llegáramos al máximo posible, nos lo tomamos muy en serio», continúa ella. 

Cree fundamental la parte de caracterización para que los actores consiguieran mimetizarse de tal manera con los personajes. «Desde el primer día que hicieron las pruebas y se vistieron, Candela no volvió a ser Candela hasta que terminó el rodaje. Desde que se ponía la ropa y la peluca, olvídate de ella. Íbamos todos a comer y ella, para no perder la concentración, se ponía sola», recuerda sobre los meses que duró la producción, aproximadamente desde marzo hasta octubre. Como anécdota cuenta el gusto de Peña por los pendientes de aro muy grandes, como los que solía llevar Porto en su día a día. También en algo de lo que ambas se dieron cuenta y que llegaron a comentar: cómo la vestimenta de ella ya podía dar a entender algunos rasgos de su personalidad. «Calzaba mucho chanclas. Cuando fue al tanatorio, iba de chanclas. Cuando fue al registro de la vivienda de Teo, con un día frío y lluvioso —de ahí el famoso abrigo de visón—, también. Llegamos a entender el descontrol en su vida a través de su ropa, de cómo vestía», reflexiona.

El equipo de vestuario consiguió unas gafas de sol idénticas a las icónicas de Versace que llevaba Rosario Porto, por ejemplo, en las imágenes del tanatorio.
El equipo de vestuario consiguió unas gafas de sol idénticas a las icónicas de Versace que llevaba Rosario Porto, por ejemplo, en las imágenes del tanatorio. Netflix

Con Candela Peña ya había trabajado en la serie Hierro, para la que también diseñó el vestuario. En El caso Asunta no duda que el suyo fue el personaje que necesitó más ropa. Sin embargo, atestigua una paradoja curiosa: «Él siempre llevaba la misma americana ancha en tonos neutros, pero a medida que pasa el tiempo los papeles se tornan. Vimos como ella se fue abandonando y cómo, ya entrado el juicio, siempre iba de negro». 

Para conseguir las prendas utilizaron tres métodos: confección propia, alquiler y diferentes plataformas de compra de segunda mano. «Del chal morado, por ejemplo, no encontrábamos la tonalidad exacta por ningún sitio. Estuvimos apunto de teñir uno, pero al final lo conseguimos por Vinted», recuerda. En moda, si algo no se lleva ya no existe. Por eso, cuando se trataba de prendas más anticuadas o desfasadas, optaban por esta opción. Lo mismo pasó con la mítica parka roja, que alquilaron en un sitio de vestuario de Madrid. Sin embargo, el vestido negro con el que va a denunciar a la comisaría y el que lleva al tanatorio tuvieron que confeccionarlos. «Eran tan particulares que no encontramos nada igual», explica. 

«Para mí, la prueba definitiva fue el momento en el que la serie llegó a la gente de Santiago que los conocía. No me quedé tranquila hasta que esas personas me dijeron que eran igualitos, que vestían exactamente como ellos», explica Lola Dapena. Cuenta que, mientras grababa, había gente del equipo que aseguraba que la serie podría ser un éxito. Eso sí, nunca se pudo imaginar que llegara a tanto. «Pensar que hay personas en Canadá viendo esto es impresionante», dice emocionada. Eso sí, admite que cuando Bambú contactó con ella pensó mucho en trabajar en un crimen tan reciente que todavía perdura en la memoria de su ciudad. «Verlo todo montado fue un choque, termina siendo algo muy diferente a lo que presencias en el rodaje». Eso sí, no duda en destacar el «respeto» con el que se grabaron las escenas. Ahora, espera ansiosa que detrás de esta producción lleguen muchas más.